El problema de Joe Biden con el socialismo y los latinos
El exvicepresidente enfrenta preguntas acerca de qué salió mal en relación con la comunidad hispana de Florida.
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Antes de las elecciones, en el comando de Joe Biden notaron que tenían un problema en Florida: el socialismo.
Cuando los miembros del personal de la campaña llegaron al "estado del sol", se dieron cuenta de que Donald Trump había logrado usar sus posiciones de política exterior de línea dura para ampliar su apoyo entre los votantes cubano-estadounidenses y los venezolano-estadounidenses que habían huido de regímenes autocráticos.
El presidente se presentó como el defensor del "sueño americano" en contra de la amenaza de una "pesadilla socialista". Él llamó a su rival demócrata un "títere de los Castro-Chavistas" y afirmó que una administración Biden convertiría a EEUU en el equivalente a la Cuba comunista o a la Venezuela socialista.
"El miedo entre los cubanos, los colombianos, los venezolanos, es la palabra que empieza con 'S': socialismo", explicó Tony Suárez, el vicepresidente ejecutivo de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés) y asesor de "fe" de la administración Trump.
Los resultados se hicieron evidentes el día de las elecciones. Biden quedó por detrás de los candidatos demócratas anteriores en Miami-Dade, condado de Florida donde más de dos tercios se identifican como hispanas.
Durante su candidatura para la Casa Blanca en 2016, Hillary Clinton ganó ahí por 30 puntos porcentuales. En cambio, Biden logró una victoria de siete puntos, un margen que condenó su victoria en Florida, Trump aumentó sus números en zonas más rurales y así llegó a 29 votos electorales.
"La campaña de Trump ha estado trabajando para conseguir el apoyo de los votantes hispanos en Florida y en Miami-Dade durante los últimos cinco años, y la campaña de Biden lo ha estado haciendo, realmente en serio, durante las últimas siete semanas", señaló Fernand Amandi, un encuestador demócrata con sede en Miami, quien publicó una encuesta a principios de septiembre que mostraba que Trump estaba ganando terreno ahí.
"Fue un significativo esfuerzo por parte de la campaña de Biden en las últimas siete semanas, pero fue demasiado poco y demasiado tarde", añadió.
La 'ofensiva de encanto' de Trump dentro de la comunidad fue enfatizada en febrero cuando saludó a Juan Guaidó, el líder de la oposición venezolana a quien EEUU y algunos otros países reconocen como presidente del país.
Paul Angelo, un experto latinoamericano del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), señaló que los esfuerzos para ganar votantes en el sur de Florida había animado tanto a la política de línea dura de la administración Trump en relación con Venezuela —la cual incluía sanciones punitivas dirigidas al cambio de régimen— como a su alejamiento del involucramiento en Cuba de la era de Obama.
"La administración Trump buscó crear, a partir de la comunidad venezolano-estadounidense en el estado de Florida, un bloque de votantes como el que tenía con los cubanos", dijo Angelo en relación con los venezolanos-estadounidenses, los cuales suman unos 100.000 en Florida.
La pregunta que enfrentan los demócratas es si el decepcionante desempeño de Biden en Miami-Dade plantea preguntas más amplias acerca del atractivo de su partido entre los latinos.
Si bien las encuestas de salida el día de la votación han sugerido que el exvicepresidente fácilmente ganó a los latinos a nivel nacional, los analistas dijeron que los resultados indicaban problemas más profundos para los demócratas.
Chuck Rocha, un consultor que ayudó a Bernie Sanders a ganar una gran parte de los votos hispanos en la candidatura primaria demócrata en contra de Biden, dijo que los demócratas deben preguntarse si hicieron lo suficiente para atraer los votos latinos no sólo en Florida, sino también en lugares como Texas, en donde Biden tuvo un desempeño inferior entre las comunidades hispanas a lo largo del Río Grande. Trump ganó los 38 votos del colegio electoral de Texas por un margen de seis puntos.
"Tiene que hacerse una autopsia de la situación con los latinos, especialmente con respecto a las votaciones por candidatos a nivel estatal y local", dijo Rocha, refiriéndose a varios distritos del Congreso de mayoría latina donde los demócratas perdieron el martes. "Si aprendimos algo es que éstos son estados dramáticamente diferentes entre sí".
El equipo de Biden lanzó un impulso de último minuto en el sureste de Florida, enviando a Barack Obama a Miami dos veces en una semana.
Trump —quien cambió su residencia oficial el año pasado de Nueva York a Florida— condujo un mitin el domingo por la noche en Miami, la última parada de un fin de semana repleto de apariciones en 'estados bisagra' claves para las elecciones.
Armando Ibarra, presidente de Republicanos Jóvenes de Miami, dijo que los mítines en los que participaron Trump y sus partidarios galvanizaron a los votantes latinos que estaban buscando algo positivo en un año marcado por la pandemia del coronavirus.
"La campaña de Trump, este movimiento, fue divertido. Teníamos mítines y caravanas todos los fines de semana y la gente parecía que se estaba divirtiendo", dijo Ibarra. "Eso resonó entre los votantes de aquí. Sentían la energía, la emoción y la alegría del movimiento".
"En contraste, Biden estaba hablando de un invierno oscuro", él agregó, refiriéndose a los comentarios en el debate presidencial final advirtiendo que la pandemia de coronavirus empeoraría durante los próximos meses.
Amandi, el encuestador demócrata, estuvo de acuerdo. "Los votantes hispanos y el electorado hispano son una comunidad muy visceral y sensible", dijo él. "Ellos querían ser cortejados, querían estar comprometidos y, a veces, literalmente querían que los candidatos bailaran con ellos".